Las
condiciones requeridas para la definición de un mercado en competencia
perfecta son tan rigurosas que difícilmente se encontrarán en
la realidad. A lo sumo hay casos que se aproximan a los modelos
teóricos descritos.
·
El número
de compradores y de vendedores es tan grande que ninguno puede influir lo
suficiente para modificar la situación de equilibrio que
prevalece.
·
El
mercado es de tal forma atomizado que todos se someten a las condiciones
establecidas, sin poder alterarlas.
·
Se
sustituyen tan perfectamente entre sí, que ninguno de los participantes del
mercado puede diferenciar sus productos de los de otros.
·
El
mercado es totalmente permeable.
·
En el
sentido de que no hay barreras de entrada o de salida. No hay ninguna forma de
coaliciones entre productos o compradores. Todos actúan de manera
independiente. Ni el mismo gobierno interfiere
para conseguir las condiciones que desea, introduciendo viscosidades.
·
El precio lo
establece el propio mercado y resulta de transacciones transparentes y
voluntarias.
·
Resulta
efectivamente del choque entre la fuerza de
la oferta y
la demanda,
libre de maniobras o influencias. Cuando se modifica es en respuesta a cambios
en una o más variables que
definen, en forma despersonalizada las funciones dadas
de dichas fuerzas.
·
Todos,
vendedores y compradores, se someten al precio definido por el mercado.
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